Huevos revueltos, salchicha, morcilla, champiñones, baked beans, medio tomate y hash Browns son los ingredientes básicos que todo English Breakfast debería contener. Y es que una visita a Inglaterra no está completa si por lo menos un día no hemos comido un buen English Breakfast de categoría.
Como ocurre con otras muchas tradiciones inglesas, esta también tiene su origen en la época victoriana, cuando se empezó a considerar el desayuno como la comida más importante de todo el día y el momento perfecto para coger fuerzas.
Además, aunque se trata de un plato bastante copioso, siempre ha sido bastante popular entre la clase trabajadora, los cuales tenían que enfrentarse a un alto gasto calórico a lo largo de la mañana.
Actualmente, el English Breakfast no es algo común en los hogares, sino que ha quedado regalado a los conocidos establecimientos Bed & Breakfast y en algunos pubs, en los cuales se puede ordenar sin importar la hora del día.